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EPA publica segunda Evaluación Nacional de Contaminantes Atmosféricos Tóxicos

Contacto en español: Lina Younes, 2020-564-9924 / younes.lina@epa.gov

(Washington, D.C.—22 de febrero de 2006) La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha publicado una importante guía para orientar al público sobre los pasos que se pueden tomar a nivel local, estatal o federal para reducir la contaminación atmosférica tóxica y avanzar aún más las significativas reducciones de emisiones atmosféricas logradas desde el 1990. La segunda Evaluación de Contaminantes Atmosféricos Tóxicos a Nivel Nacional (NATA, por sus siglas en inglés) es un método de investigación avanzada que sirve para estimar los riesgos de cáncer y otros riesgos de salud que surgen de la exposición a tóxicos atmosféricos.

“Desde 1990, hemos reducido de manera significativa las emisiones tóxicas y sus riesgos en Estados Unidos”, declaró el administrador adjunto interino para aire y radiación Bill Wehrum. “Este vehículo ayudará a la EPA y a los estados de la nación a refinar nuestro entendimiento y enfoques para reducir aún mas las sustancias tóxicas atmosféricas. Con unos estándares industriales más estrictos en vigor, nuestros esfuerzos por disminuir los riesgos provenientes de la contaminación tóxica dependerán en la tecnología más avanzada, un análisis más sofisticado, y una mejor cooperación entre las agencias federales, estatales y locales”.

Los Estados Unidos han logrado avances significativos en la reducción de tóxicos atmosféricos provenientes de la industria, los combustibles y vehículos y fuentes internas. Desde que se enmendara la Ley de Aire Limpio en el 1990, la EPA ha emitido 96 estándares para 174 tipos diferentes de fuentes industriales de tóxicos atmosféricos incluyendo plantas químicas, refinerías petroleras, manufactureros aeroespaciales y plantas de acero. La agencia también ha emitido regulaciones para 15 categorías de fuentes de contaminación de menor escala como las tintorerías de lavado a seco, los esterilizadores comerciales, las fundiciones secundarias de plomo, y las instalaciones de electroplastía de cromo. En conjunto, se proyecta que estos estándares reducirán las emisiones anuales de tóxicos atmosféricos por unos 1.7 millones de toneladas de los niveles de 1990 cuando sean implementados a cabalidad. Estas reducciones no han sido reflejadas en su totalidad en esta evaluación debido a que varias de estas regulaciones entraron en vigor después del 1999.

Los vehículos y combustibles también emiten tóxicos al aire. Los programas vigentes y futuros para los combustibles y vehículos reducirán las emisiones de tóxicos atmosféricos por 2.4 millones de toneladas en el 2020, en comparación con los niveles del 1990.

La NATA no ha sido designada para ser utilizada como la única base para una acción reglamentaria. Los resultados de la evaluación, sin embargo, ayudarán a la EPA y a las agencias reguladoras estatales y locales para la calidad del aire a identificar los contaminantes y las fuentes de mayor preocupación y a establecer prioridades para abordar la contaminación. La NATA también ayudará a dichas áreas a identificar dónde la EPA necesita recopilar información adicional para mejorar el entendimiento de los riesgos de la exposición a los tóxicos atmosféricos.

La NATA abarca 177 de la lista de 187 tóxicos atmosféricos además de la materia particulada diesel que figuran en la Ley de Aire Limpio. Para 133 de estos tóxicos atmosféricos (aquellos con datos de salud basados en la exposición crónica) la evaluación incluye estimados de cáncer y efectos a la salud no relacionados con el cáncer inclusive efectos de salud para la materia particulada diesel que no están relacionados con el cáncer. La EPA desarrolla la NATA en cooperación con las agencias ambientales estatales y locales que brindan información clave sobre emisiones tóxicas atmosféricas.

La evaluación proyecta que en la mayoría de las personas que residen en los Estados Unidos tienen un riesgo de cáncer a lo largo de su vida proveniente de tóxicos atmosféricos entre 1 a 25 en un millón. Esto significa que de un millón de personas entre una y veinticinco tienen mayores probabilidades de desarrollar cáncer como resultado de respirar tóxicos atmosféricos de fuentes externas, si fueron expuestos a niveles de 1999 durante el curso de sus vidas (70 años). La evaluación estima que la mayoría de las localidades urbanas tienen un riesgo mayor a 25 en un millón. Los riesgos en los corredores de transportación y otras localidades son mayores que 50 en un millón. Por contraste, uno de cada tres estadounidenses (330,000 en un millón) desarrollará cáncer durante su vida, cuando se toman en consideración todas las causas (inclusive la exposición a los tóxicos atmosféricos).

La segunda NATA amplía la primera evaluación a escala nacional que realizara la EPA con un inventario de emisiones más completo y con la información más reciente sobre los efectos a la salud. La primera evaluación basada en datos de 1996 fue publicada en el 2002. Los métodos para las evaluaciones fueron revisados por un panel de científicos y respaldados por la Junta Asesora Científica de la EPA en el 2001.

La EPA planifica desarrollar nuevas evaluaciones a escala nacional a medida que los datos de inventario en años subsiguientes estén disponibles. El próximo análisis semejante se centrará en la exposición y riesgos de las emisiones del 2002.

Para más información sobre la Evaluación a Escala Nacional de Tóxicos Atmosféricos, visite: http://www.eapa.gov/ttn/atw/natamain/ .

Fecha de publicación:02/22/2006 Reciba nuestros comunicados de prensa automáticamente por correo electrónico